Otoño e invierno son 2 estaciones del año que invitan a quedarse en casa, y regalonearnos con espacio para el ocio, una alimentación rica en productos procesados y altos en azucares, junto a ello se reducen considerablemente los niveles de actividad física y la vida al aire libre por motivos de las bajas temperaturas y lluvia preferentemente. Sin embargo, aún en estas condiciones, mantenernos físicamente activos es un factor relevante cuando deseamos mejorar o mantener una buena condición de salud, una performance física, un estilo de vida o para perfeccionar alguna destreza motriz de interés.
El mantener buenos niveles de activación muscular, mediante un entrenamiento sistemático en un programa equilibrado que contemple trabajo aeróbico de intensidad moderada a vigorosa, con sesiones de fuerza de intensidad moderada a alta con un volumen de trabajo medio de 30 a 40 minutos donde se resguarden factores como el riesgo cardiovascular y metabólico, nivel de condición física. (Serra Grima 2004). Es fundamental controlar factores como la intensidad, duración, frecuencia, tipo y complejidades de ejercicios que un sujeto puede realizar. (Cuevas et al., 2020) Junto a ello, es siempre recomendable contar con la orientación de profesionales como nutricionista, médico y entrenador.
Se sabe que, mantenerse dentro de un programa de entrenamiento sistemático y bien orientado es un muy buen factor protector de la salud de acuerdo a lo señalado por la OMS, nos ayudará a mantener una forma y presencia física, así como una buena disposición al trabajo , en lo referido a la salud; el ejercicio físico es un buen factor protector contra la ansiedad, debido a que en el organismo se generan altos niveles de dopamina, esta hormona actúa como un antidepresivo, tal como ha sido demostrado en estudios clínicos (Sánchez González 2019). En cuanto al sistema cardiovascular, sabemos que el ejercicio a intensidad moderada ha demostrado ser eficaz en el tratamiento para la salud cardiovascular. Otro factor a considerar es mantener una buena capacidad pulmonar, esto se logra manteniendo una capacidad aeróbica optima y para ello ejercicios como la caminata, carrera continua, el ciclismo y ejercicio multiarticulares con alto gasto energético son una buena opción.
Otro factor a considerar es que las personas que, por uno u otro motivo dejan de practicar una disciplina deportiva, pero se mantienen físicamente activas, es más fácil retomar las rutinas de entrenamiento, ya que mantienen una forma física, conductas propias como horarios, hábitos, preparación y motivación por el deporte, por lo que, el retorno a la práctica deportiva es un proceso más rápido y agradable facilitándoles procesos como la puesta en forma y reduce la exposición a lesiones osteomusculares.
Por Dr. Jesualdo Cuevas
Académico del Depto. de Ciencias del Deporte y Acondicionamiento Físico.
Facultad de Educación